El GPS, o sistema de posicionamiento global (Global Positioning
System), es una red de satélites que transmiten datos codificados que pueden
utilizar para determinar su posición los receptores que hay en tierra. Para
determinar dicha posición, los receptores GPS comparan las relaciones angulares
entre el receptor y los satélites en órbita. Por eso, el sistema GPS es muy
parecido a la navegación celeste que utilizaban los primeros pilotos para
determinar su paradero. La diferencia es que el receptor GPS utiliza un equipo
informático para calcular la posición, mientras que el piloto que navegaba con
las estrellas tenía que manejar un sextante y unas tablas muy complejas.
El equipo informático de a bordo o el receptor GPS no se limitan a indicar al
piloto dónde está. También le pueden decir dónde se encuentra cualquier otro
punto del planeta y cómo llegar a él. Los receptores GPS son auténticas
maravillas de la tecnología y cada año son más sofisticados.
Es muy divertido aprender a usarlos y los beneficios que se obtienen con un poco
de estudio y práctica son espectaculares. Si vuela una vez con un receptor GPS,
no podrá dejar de hacerlo.
Puede que el receptor GPS, con todos esos mandos y pantallas de colores,
intimide un poco, pero no hay nada que temer. Se trata tan solo de un equipo
informático que le proporciona información.
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